sábado, 15 de junio de 2013

¿Cómo me enteré de mi embarazo?




No quiero sonar exagerada, aunque lo parezca, porque estoy segura que a algunas otras chichas les ha pasado lo mismo: sé en qué momento me embaracé sin ser planeado. ¿Cómo puede ser esto posible? Como me dijeron  “no te hagas, que bien que ya no te cuidabas –con algún anticonceptivo-“, esto es verdad. Pero en realidad no vengo a contar aquí mi vida íntima sexual, sino el cómo  uno puede darse cuenta, y no exagero al decir que casi de forma inmediata, que uno está embarazada. Lo que aquí te digo, lo afirmo porque yo lo sentí, lo viví y lo creo.


Recuerdo claramente que le dije a mi pareja “estoy embarazada” como a la semana de que fuera así. Él, como es común, me preguntó “cuánto tienes de atraso” pero ¿cuál atraso?, si aún era lejana la fecha de mi menstruación, aunque algo dentro de mí, y sé que no era producto de mi retorcida mente, me dijo que era verdad. Es como si algo externo, no interno, me anunciara dicha espera. Creo que esto es lo que se conoce como una “revelación” que es cuando uno sabe algo de alguna extraña forma, se tiene la certeza, pero no las pruebas de que así es, pero tenemos la total y absoluta certeza, ¿te ha pasado?


Así pasaron los días, yo sabiendo que estaba embarazada, y recuerdo perfectamente bien que el día 1 de diciembre de 2010, fecha de mi posible periodo (soy muy exacta) no hubo indicio, no dolor de busto, ni de cintura –muy común en mi- así que le dije a mi novio y me hizo la misma pregunta, yo dije que tenía un día de atraso, él me sugirió esperar un tiempo más para estar seguros.


Ahora pienso que él creía que estaba loca, y tal vez sí, pero créanme que nunca me había pasado que tenía, y sentía, esta total seguridad.  Decidimos ir directamente con el ginecólogo, el 16 de diciembre, y después de hacer una exploración física y una prueba rápida de embarazo (la foto que muestro es la real, jejejeje, siii la guardé con todo y chis, pero ya está seca), mis sospechas se confirmaron: “Sr., pues sí, Ruth está embarazada” dijo el Dr.,  yo sólo escuché una risita a mi lado de nervios y alegría a la vez.


¿Qué sentí? Obviamente la noticia no llegó como una sorpresa, porque al saberlo ya mi mente estaba como anestesiada, no pensaba en ello. Ahora pienso que estaba desensibilizada, no es que no deseara tenerlo, claro que sí quería, pero no sé por qué hacía tiempo que  yo creí que no tendría hijos, y honestamente era algo que no me preocupada, y aunque había tenido algunas platicas al respecto con diversas personas, mi opinión era la misma: “si me toca que bien, pero si no, pues no y no puedo amargarme por ello”, porque yo creo que la plenitud en la vida de una mujer no debe ser un hijo, porque en el momento en que no se tiene, entonces se es infeliz, incompleto, atormentado. Comprendo que hace algunos años esto sí fuera así, que las mujeres eran educadas para ello, y quienes no tenían más de seis hijos eran tachadas de “inservibles”. Afortunadamente yo no fui educada de esta forma, cosa que agradezco infinitamente, porque es algo que te trastorna si no lo logras. Ahora ya es una elección y no una imposición.


Así que mi Ale, que en ese momento no sabía que era niño, no fue planeado y ¡qué bueno que fuera así! porque de otra forma tal vez, como soy, me hubiera obsesionado por que fuera en cierto momento (que cuando esté preparada física, emocional y económicamente) y así, en pocas palabras, la vida me sorprendió. Además de que al hacerme una evaluación en ese momento, me di cuenta que no tenía motivo para negarlo, tenía lo necesario para amarlo y cuidarlo, así que dije: bienvenido. ¿Cómo se enteraron mis familiares? Esa es otra entrada muy linda de contar. Gracias por leerme.


Con todo mi cariño y amor 


Ruth



No hay comentarios:

Publicar un comentario